miércoles, 8 de abril de 2015

Mirando al fondo


Me crucé un par de ojos, marrones, sin nada especial, no eran dignos de admirar ni mucho menos. Pero me los cruce.
Nunca voy a saber si fue mi propia ilusión e interna necesidad de sentir, pero el instante fue exacto, preciso y determinante. Percibí en el fondo de mi ser que me tocaban, que me aplastaba la mirada de un se desconocido, pero que por tres milésimas de segundos se convirtió en alguien que viene conmigo desde la "salita azul".
Lo más extraño de haber metido mis ojos en los de él y los suyos en los míos, fue la duración, no flanqueó ante mi insistencia, es más, redobló la apuesta y persistió. Sin tener en cuenta siquiera que le di la espalda.
Su dureza pero a la vez intencionalmente curiosa me mantiene alerta y con un constante ruido entre mis pensamientos. Que grasa me volví (o me volvió la situación) y que idiota de mi parte pensar que estos amores a primera vista son tan reales como el matrimonio de mis viejos.
Podría se paciente o colega de papá, ex alumno de mamá o hasta profesor de mi hermano. Pero lo único que se impregna en mis ideas, es que esta ligado a mi misma, a que desperté en él lo que él en mi.
Que insignificantes son los momentos de la vida, que terminan convirtiéndose el sentido de todo tu camino. 
Una sola cosa pido (como al final de cada nota),
Volver a ver esa poco pretenciosa mirada fijarse en mi.

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